En nuestro artículo sobre cuándo hacer el cambio de la cuna a la cama, te hablamos sobre el momento adecuado para este gran logro en el desarrollo de los niños. No obstante, una vez que lo decides, ¿Cuál es la mejor manera de hacer el cambio? Hemos reunido consejos de expertos sobre la elección de una cama adecuada que te asegure que el área de dormir de tu pequeño sea segura, para ayudarlo a prepararse para el gran día (realmente, noche).
Consejos para pasar a tu niño a la cama
Elegir la cama
Estas son algunas de las ventajas y desventajas a la hora de comparar diferentes opciones de cama para tu niño pequeño:
Si tienes una cuna convertible, es decir de las que se transforman en una base de cama, es tan simple como comprar un colchón que se ajuste a esta base. Una desventaja es que, al modificarse pueden parecer muy grandes para tu niño, comparada con la calidez de su cuna.
Las camas para niños pequeños pueden ser una opción ideal y cómoda, porque son pequeñas. Ten en cuenta, sin embargo, que tu niño puede crecer rápidamente, pero tendrás que cambiar en poco tiempo tanto la cama, como la ropa de cama.
Las camas sencillas (o más grandes) te ofrecen más posibilidades porque pueden acompañar a tu niño a largo de su crecimiento. Pero, como te mencionamos anteriormente, las camas más grandes pueden prolongar la transición, si se sienten demasiado grandes en comparación con una cuna.
Algunos expertos aconsejan que puedes comenzar ubicando el colchón de la cuna de tu niño en el suelo, e incluso en el mismo lugar donde estaba la cuna. Esto ayudará a hacer la transición a la cama de forma gradual, pues el lugar y la ropa de cama serán familiares para tu pequeño. La desventaja es que los colchones de la cuna son pequeños, por lo que podría sentirse incómodo o caerse al suelo rodando.
Protección infantil
¡Un punto realmente clave! Pues en la cama, tu niño tendrá mayor libertad de movimiento. Verifica tres veces la seguridad, especialmente cubriendo los tomacorrientes y asegurando los muebles que pueda trepar, tipo aparadores y estantes ubicados junto a la pared. La Academia Americana de Pediatría recomienda usar barandas en las camas de los niños pequeños para evitar que se caigan, pero no para restringirlo en la cama.
También puedes considerar la posibilidad de poner una puerta de seguridad en la entrada de la habitación de tu niño, especialmente en los primeros días, cuando puede estar entusiasmado con la idea de poder ir por la casa mientras el resto de la familia está durmiendo.
Prepara al niño para el cambio
Hay muchas formas de preparar a tu pequeño para la transición y para que se sienta emocionado con la idea de dormir en una cama, incluyendo:
Establece las reglas básicas. Aunque puede llevarle tiempo entender lo esencial, hazle saber a tu niño que después de que salgas de su habitación tiene que quedarse en la cama (a menos que necesite usar el baño, se sienta enfermo, etc.). Dile que cuando es hora de dormir, no está bien levantarse de la cama, jugar, o salir de su habitación y caminar por la casa.
Habla con el niño antes de tiempo sobre lo que puede esperar de este cambio. Cuéntale la «historia» de cómo se preparará para ir a la cama de la misma manera que siempre lo haces, pero en lugar de ponerlo en su cuna, lo arroparás en su nueva cama de niño grande.
Lee libros sobre graduarse para dormir en una cama para niños grandes. Nos encanta usar libros para ayudar a los pequeños a prepararse para grandes cambios.
Deja que elija ropa de cama nueva. Puede que no tenga tu mismo gusto, pero es una gran manera de ayudarle a sentirse dueño de su nuevo espacio para dormir.
Utiliza el juego para representar la nueva rutina y las nuevas reglas. Simula que pones el peluche favorito de tu niño a dormir en una cama, siguiendo la misma rutina que harás con él. Habla con entusiasmo sobre lo emocionado que está el peluche y cómo sigue las reglas de la cama.
Mantén la rutina de la hora de dormir sin modificaciones. Si su rutina para la hora de acostarse es cepillarse los dientes, ponerse el pijama, leer un libro, abrazarlo y cantar una canción, ¡sigue con ella! Cuantas más cosas se mantengan iguales, más le ayudará con el cambio.
No importa cuánto te prepares, espera que tu niño se levante y se baje solo al principio. Pero también ten paciencia para ver que todo será más fácil con el paso de los días. Los obstáculos entre la cuna y la cama son inevitables, pero nuestro artículo sobre cómo abordarlos te puede ayudar.